Una eternidad de abstención

Las ganas que tengo de verte son espantosas, me imagino que así debe sentirse un adicto en recuperación; desesperado, ansioso.

Extraño hablar contigo.

A veces también extraño el sexo, pero en ese aspecto, en ocasiones consigo que la fantasía a veces supere a la realidad y de algún modo logro satisfacerme a mi misma pensando en ti.

Extraño escuchar tu voz en mi oído.

Verte o escucharte hablar es distinto, no logro encontrar el modo de suplantar eso con la fantasía y eso me tiene casi desesperada.

En ocasiones me pregunto si tu también piensas en mi, si también sientes esa necesidad, si tu desesperación, si es que la sientes, es parecida a la mía. Y si es así, ¿cómo logras mantenerte alejado?

Luego me doy cuenta de que si yo consigo contenerme, obviamente tu también puedes hacerlo.

Hasta que mi lado malvado me dice: ¿en serio crees que piensa en ti?

Por suerte decido ignorarlo y respondo:

Sé que piensa en mi, antes de que yo me diera cuenta que lo amaba, él ya pensaba en mi, él ya se preguntaba como seria nuestra vida si viviéramos juntos, él ya había buscado todos los motivos que se le ocurrió para asegurarse así mismo, de que no eramos compatibles, que no nos llevaríamos bien juntos.

Así que si, sé que piensa en mi, en cada cosa que que hace piensa en mi, cada vez que algo sucede piensa en mi y en mas de una ocasión, ha soñado conmigo.

Tal vez, él no es lo mejor para mi y tal vez, no sea lo mejor que me ha pasado en la vida.

Pero si sé esto con certeza. Yo fui lo mejor que le paso a su vida, fui la que lo hizo reír, la que le dio la clase de mimos que necesitaba, fui la que lo amo como se merecía ser amado, consciente de como era él en realidad, aceptándolo con todos sus defectos sin pretender cambiarlo.

¿Te imaginas a alguien amándote así? ¿Aceptándote tal cual eres?

Fui la que siempre lo alentó y lo apoyo en sus proyectos, fui la que siempre quiso verlo mejor, la que le dio ideas, la que lo motivo, la que en muchos casos le enseño todo lo que sabia, para que el pudiera ser mejor.

Fui la que supo quedarse callada cuando se dio cuenta de que aun no estaba listo para luchar por sus sueños, la que supo hacerlo ver su lado oscuro. La que de algún modo lo obligo a poner los pies en la tierra cuando estaba por lanzarse al vacío sin paracaídas.

He cometido errores, eso es lo que me hace humana y he aprendido de ellos y creo que fue uno de esos errores el que te alejo de mi. O tal vez no, tal vez solo fue el miedo a ser amado como eres, lo que te alejo. Vaya uno a saber.

Solo se, que hoy, en este preciso momento me gustaría estar contigo y eso me tiene en un estado de ansiedad espantoso, en el que estoy usando toda mi fuerza de voluntad para no escribirte directamente a ti, o no llamarte y arriesgarme a que no me atiendas o buscarte de algún modo.

Me siento orgullosa de mi, he borrado tus fotos, todas absolutamente todas y te he bloqueado de mis redes sociales y me aplaudo incluso por ni si quiera buscar tu perfil.

Deberían darme una de esas monedas que se les da a los adictos en recuperación esas monedas que icen : 1 año de sobriedad o de mantenerse limpio.

Aunque en mi caso seria...