Te mereces a alguien que te ame

Cuando tuve el valor para dejar salir el dolor emocional que me estaba destruyendo por dentro, sentí como se desgarraba mi pecho y grite desesperada mientras las lágrimas me bañaban completamente.

Cometí el error de querer frenar el dolor con pastillas y fue así como de pronto en mi desesperación por dejar de sentirlo, tome la tableta de trapax y me sumí en un embotamiento que me ayudó a dormir. 

Mis sentidos parecían actuar en cámara lenta, mi dolor parecía haber sido contenido en una enorme burbuja que flotaba confuso frente a mi.

Cerré mis ojos… al fin podría dormir…

Creo que fue un día entero que me sumí en la inconsciencia. Cuando desperté el dolor seguía ahí y antes de que desbordara nuevamente, tuve que tomar una decisión.

• Sumirme cada día en un embotamiento sin fin, donde perdería la consciencia permanentemente y prácticamente viviría sin vivir. 
• O resistir el dolor hasta que la herida cierre sola y pueda nuevamente comenzar a ser feliz.

No fue fácil, más de una noche me dormí llorando y desperté de igual modo.

Más de una vez tuve que decir que no me sentía bien para no encontrarme con alguien que pudiera ser testigo de cuánto había estado llorando y correr el riesgo de tener que decir por qué estaba así.

Escribí en mi diario lo que no podía decir y escribí en mi blog lo que mi alma dejaba salir.

Hoy, después de un año, aún de vez en cuando una lágrima escapa cuando la herida se abre levemente. Pero ya no duele, solo experimento ese ardor típico de cuando la misma está sanando.

Hoy miro el pasado y comprendo que lo he superado. Es cierto, ha dejado su marca, una cicatriz enorme que me recuerda cuánto he amado. Y aunque tengo miedo a volver a sentir ese dolor, ahora tengo la certeza que incluso aquel dolor que pareciera matarte, si tienes fe y dejas que salga podrás superarlo.

Serás más fuerte y aprenderás a vivir con tus heridas. Las verás y sabrás que alguna vez has amado de forma tal, que prácticamente estuviste a punto de morir por no haber sido correspondida.

Pero sabrás y tendrás la certeza de que tú, tienes la capacidad de amar, de dar tu cuerpo, tu alma, tu mente y tu corazón cuando lo haces; y comprenderás que si no se dieron cuenta de lo valiosa que eres, es porque realmente no te merecen.

Y tú, te mereces a alguien que te ame del mismo modo o más aún.