Balance 2017 - Un gran año - Querido Diario...

30 de diciembre, a pesar del trabajo que he venido teniendo, por momentos me detuve a hacer mis reflexiones o balances de este año.

Se que escribí cosas muy tristes en este blog, algunas mezcladas con fantasías para poder expresar de algún modo lo que sentía y otras con un toque bastante concreto de realidad.

No voy a negar que estuve triste, porque sin dudas así fue, pero también debo ser honesta, el año 2017 arranco genial, rodeada de personas que ame y aun amo. Con visitas que no espere tener ni en sueños y con momentos realmente intensos.

Casi finalizando marzo todo se fue al traste y creo que gran parte de eso fue, para que aprendiera a perder una de las cosas que mas valoro en la vida, "la amistad".

Solo una vez perdí a un amigo y su partida de esta vida me mantuvo como un zombie durante mucho tiempo, sin embargo, antes nunca había perdido a amigos, quizás nos habíamos alejado, pero siempre sabiendo que en realidad nuestra amistad permanecía intacta.

Este 2017 me enseño lo que se siente cuando un amigo deja de ser nuestro amigo sin decirnos por que, y también me enseño a despedirme de algo que amaba hacer, "Con aire Federal" un programa de radio que co conducía con otro amigo a quien también tuve que decirle adiós y de pronto, ya casi cuando creo que estoy aprendiendo a manejar el sentimiento de perdida, una amiga me dice que se va a vivir a otro lado y ahí descubro que aunque soy feliz de que se vaya por su bien, el saber que no la tendría a unos pasos de mi casa, me ponía demasiado triste, obviamente el sentimiento de perdida no fue superado.

Ya finalizando el 2017 me encuentro despidiendo definitivamente al segundo amigo que se fue, y aunque se que nuestra amistad continua, mi instinto me dice que no lo volveré a ver y mi instinto raras veces se equivoca.

Lo que llore este año por las personas que considero amigos fue terrible y tal vez parezca una exageración, pero así fue.

Descubrí que no soy buena perdiendo amigos o despidiéndome de ellos. Pero también entendí que las personas entran a nuestra vida por un motivo y se van cuando ya cumplieron su ciclo.

En un momento determinado de este año, creí que no soportaría los golpes que estaba recibiendo de la vida, por momentos me quedaba sin aire y creí que moriría, sin embargo aquí estoy, sentada escribiendo, agradecida de haber resistido, de haber salido prácticamente mas fuerte.

En todo momento me aferre a la fe de creer que todo mejoraría al finalizar el 2017.

Laboralmente asi fue, mejoro, incluso se abrieron nuevas puertas. Emocionalmente también mejoro, ya que nuevas personas entraron a mi vida y algunas retornaron a ella.

Dicen que dentro de todo lo malo siempre hay algo bueno, y así es, he aprendido que no debo aferrarme a nada porque evidentemente eso me hace mal, he aprendido a admitir mis errores y a perdonarme por ellos, he vuelto a hacer "Lo mejor de", he aprendido que tengo dentro de mi a un ser maravilloso que tengo que dejar que los demás vean, he aprendido que soy extremadamente feliz haciendo lo que amo y también descubrí algo maravilloso, pero eso, no lo voy a escribir, eso es para mi...

Con respecto a mi hijo, ¿que puedo decir, que no haya dicho ya? Lo amo y aunque también me llevo a enfrentarme a cosas que me costaron mucho aceptar (sus tatuajes) me enseño o mejor dicho me recordó de algún modo que los hijos NO nos pertenecen y que cuando son mayores de edad están en su completo derecho de decidir que es lo que quieren para sus vidas y su cuerpo.

Sus tatuajes (aunque no me gusten) ahora son parte de él y aprendí a aceptarlos, no con la alegría y la emoción que una persona que ama los tatuajes lo haría, (ya que no soy fan de los tatuajes) pero con la certeza de saber que eso no lo convierte en alguien distinto para mi. Obviamente el sigue siendo perfecto en lo que verdaderamente importa, así que estoy agradecida de que me recuerde que la apariencia cuando hay amor, no es importante.